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VIDAS PASADAS: LA ÓPERA PRIMA QUE LLEGÓ A LOS ÓSCARS

– por Joshua Solana

Celine Song es una escritora y realizadora audiovisual nacida en Corea del Sur, tuvo que emigrar a Canadá a la edad de 12 años y estudió dramaturgia en la Universidad de Columbia en Nueva York. Parecida es la vida que lleva su protagonista, Nora Moon, en su ópera prima Past Lives (2023). 

No es coincidencia, muy comúnmente las personas que se dedican al arte tienden a poner una capa de su personalidad dentro de sus obras y Celine Song en esta cinta parte de esa capa personal para contar la imposible historia de amor entre Nora Moon y Hae Sung, una jóven pareja separada, luego de que Nora tuviera que emigrar a Canadá, y quienes vuelven a cruzar caminos veinticuatro años después.

Past Lives tuvo su estreno dentro del festival de Sundance y desde ese momento no se ha dejado de hablar de ella. Es sorprendente el impacto que ha tenido el filme con los espectadores, pues nadie que la haya visto se ha quedado apático hacia la película de Song. Y toda esta conversación que gira en torno al filme la ha beneficiado para llegar a competir por el Oscar a Mejor película, la estatuilla más codiciada que se entregará el próximo 10 de marzo. Celine Song ahora forma parte de una lista muy exclusiva de directoras y directores que han sido nominados a esta categoría con sus óperas primas, dentro de la lista se encuentran directores importantísimos como Orson Wells y Sidney Lumet, y eso en sí ya es un gran logro para la película, así como para la persona encargada de la dirección, a quien habrá que seguir de cerca, pues ha anunciado que ya se encuentra trabajando en su siguiente filme ´The Materialist´.

La puesta en escena siempre nos remarca la separación de los protagonistas.

¿Y por qué se habla tanto de la película? Pues bueno, Past Lives cuenta la historia de Na Young, una joven surcoreana quien tiene una hermosa amistad con Hae Sung, su compañero de clases y rival intelectual. La amistad y esbozo de relación se corta abruptamente luego de que la familia de Na Young tenga que emigrar a Canadá. Su vida del otro lado del hemisferio comienza con el nacimiento de su nuevo nombre: Nora Moon.  Doce años pasan y Nora se reconecta con su viejo amigo gracias a las redes sociales (¿quién no se ha vuelto a poner en contacto con su viejo amor de la secundaria gracias a FB?), es a través de Skype y de Facebook que la relación entre Moon y Sung vuelve a florecer, pero tendrán que pasar 12 años más para que la pareja pueda volver a reencontrarse nuevamente, esta vez en persona. 

La película de Celine Song es identificable, pues toca temas actuales y universales. El amor y el destino son temas centrales dentro de la película, se plantea el concepto del In-Yun, una idea coreana sobre el destino y la conexión entre personas. Según esto, las personas estamos conectadas a través de un vínculo kármico y aquellas con las que hemos compartido más de 8 mil vidas serán con las que terminaremos casándonos. Este concepto se vuelve parte central de la trama, pues representa la idea del destino, de lo ya escrito, de lo que se da por hecho. Ideas todas representadas de igual manera por el personaje de Hae Sung, quien pareciera, a simple vista, la opción más lógica para terminar con Nora, idea que encaja con la del amor idealizado al que estamos acostumbrados. Otro de los ejes en los que se mueve el filme, y el que me resulta más interesante, es la migración. La historia de Nora Moon es la de cualquier otra migrante, teniendo que desprenderse del mundo al que abandonan para adoptar otro, muchas veces muy distinto y hostil. El personaje de Nora es interesante, ya que muestra esta lucha interna entre lo que fuimos y lo que somos. Este pasado representado por su antiguo amor juvenil, Hae Sung, y su presente occidental, personificado en su esposo americano, Arthur. Y la directora, cómo no, entiende el conflicto que vive un migrante y lo ejemplifica de maneras muy tiernas y sencillas, como un marido que se esfuerza en aprender el idioma de su esposa, pues ella, a pesar de hablar únicamente en inglés, sigue soñando en su lengua materna.

El personaje de Nora es interesante, pues muestra la lucha interna entre lo que somos y lo que fuimos.

Me resulta particularmente interesante cómo es que los espectadores nos hemos relacionado con la película, pues con el guion, y desde la primera escena, se busca romper los estereotipos y lugares comunes en los que el filme podría caer. Sin embargo, hay una gran discusión al respecto de las decisiones que la protagonista realiza o deja de realizar, pero en esto la puesta en escena y en cámara es contundente, como si el mismísimo In-Yun dictaminara lo que inevitablemente sucederá, pues la dirección de Celine Song siempre remarca la división entre Hae Sung y Nora Moon, desde que se separan por primera vez, hasta su última despedida en la ciudad de Nueva York.

Como si el mismísimo In-Yun lo dictaminara, siempre hay algo que impide a los protagonistas estar juntos, en este caso el tubo del metro separa a Nora de Hae Sung.

Y es desde la sencillez desde donde la ópera prima de Song brilla, pues la película se toma sus tiempos, no utiliza demasiados planos en el montaje y alarga lo suficiente las secuencias para plantear con calma las situaciones dentro de la historia. Rememorando al cine de Richard Linklater, Noah Baumbach, Greta Gerwig y Woody Allen, Song utiliza los paisajes de Nueva York para que sus personajes den largos paseos mientras conversan sobre cualquier cosa. Sin duda es un gran comienzo para la carrera cinematográfica de Celine Song, a quien estaremos siguiendo muy de cerca en sus próximos proyectos. 

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FARO LLEGÓ A CHETUMAL

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FARO LLEGÓ A CHETUMAL

Gracias al programa FARO del Bienestar que impulsa la Secretaría de Bienestar de Quintana Roo, Árbol Rojo presentó el fin de semana funciones totalmente gratis en el domo del parque Hábitat 1 ubicado en la colonia proterritorio de la Ciudad de Chetumal.

La noche de apertura estuvo llena de sorpresas y emociones, ya que se exhibió por primera vez en el Estado “Casa caída”, cortometraje de la realizadora chetumaleña Fernanda Labastida, solamente después de haberse estrenado en la última edición del Festival Internacional de Cine de Morelia. Asistieron al estreno, el elenco: Juan Carlos Torres Bacelis, Miá Nicole Márquez Borges, Suely Abreu Oliveira de Oliveira y Alejandro Sosa Labastida; el equipo de filmación: Patricio Callejo (Co-productor), Aida Carrasco (Asistente de producción), Arely Blas (Directora de arte), Diego Velázquez (Asistente de fotografía), Cecilia Labastida (Vestuarista) y por supuesto su realizadora.

Fernanda Labastida comentó estar profundamente agradecida con la Secretaría del Bienestar, FARO Quintana Roo y Árbol Rojo por hacer posible la exhibición en Chetumal, tierra que la vió nacer. “Estoy muy emocionada de presentar un proyecto al que le tengo mucho amor, que me costó muchísimo trabajo hacer, y que a parte es donde yo encontré una voz y un arraigo que me llevó a regresar aquí y empezar a buscar una voz cinematográfica. Yo creo que el cine abre diálogo y es un gran ejercicio de empatía” señaló antes de comenzar la función.

Al término de la proyección de  este cortometraje, se dio un espacio de preguntas y respuestas donde el público presente externó sus felicitaciones y algunas dudas sobre el rodaje realizado en Mahahual, Quintana Roo. Antes de finalizar la participación de “Casa caída” en la noche de apertura, Lilian Villanueva, directora del Instituto de la Cultura y las Artes de Quintana Roo, en representación de la gobernadora del Estado Mara Lezama Espinosa, entregó a Fernanda un reconocimiento como artista destacada, y le brindó unas palabras de admiración y compromiso para poder llevar el cortometraje a varios rincones del Estado.

03 - Lilian y Fernanda

La segunda función de la noche de apertura fue “Monster” del director Hirokazu Koreeda, película japonesa que ganó a Mejor guion en la pasada edición del Festival de Cannes. El comportamiento extraño de Minato, protagonista de esta conmovedora historia, le preocupa a su madre y descubre que el responsable de ello es un profesor. La historia se desarrolla a través de los ojos de la madre, el profesor y el niño para descubrir poco a poco la verdad sobre una amistad pura pero que no puede ser libre entre dos niños.

El sábado 17 de febrero se proyectó “Kenya “el documental de Gisela Delgadillo, interesante ejercicio para empatizar con una de las causas más violentadas en el país: los derechos de las mujeres transexuales. Kenya es una activista que a partir de presenciar el asesinato de su amiga Paola ha entregado su vida para luchar por los derechos de las mujeres trans, para que se les haga justicia, tengan igualdad de derechos y oportunidades que les garanticen una vida digna. El activismo de Kenya creó interés en el público que al término de la función generó un dialogo entre los presentes.

03 - Kenya

Para finalizar con las funciones del programa de ¡Ven a FARO Chetumal! El domingo 18 de febrero se presentaron el cortometraje “Humo” de Rita Basulto gracias al apoyo del Instituto Mexicano de Cinematografía; y “No quiero ser polvo” el segundo largometraje de Iván Löwenberg gracias al apoyo de la distribuidora Benuca Films.

El programa ¡Ven a FARO Chetumal! Continúa del 19 al 22 de febrero con las sesiones de formación en bioarte, producción, locaciones y exhibición.

04 - Voluntarios

Árbol Rojo agradece la confianza de la Secretaría de Bienestar y FARO Quintana Roo para presentar un proyecto que llegue a una de las colonias con menor acceso al arte y la cultura en Chetumal y poder beneficiar a más infancias y juventudes.

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Los que se quedan: decadencia y percepción

LOS QUE SE QUEDAN:

DECADENCIA Y PERCEPCIÓN

– por Joshua Solana

En sus Meditaciones, Marco Aurelio, el emperador romano y uno de los personajes más representativos de la filosofía estoica, escribe una cita atribuida a Demócrito: “El mundo es decadencia, la vida es percepción”. La tesis de “Los que se quedan” camina por esa misma línea, pues la cinta de Alexander Payne cuenta la historia de tres personajes quienes tendrán que aceptar las cosas que no se pueden cambiar y entender que lo único que pueden hacer es modificar su perspectiva hacia ello.

Dentro de una privilegiada preparatoria americana, un inteligente pero incómodo profesor, una cocinera en luto y un alumno que no puede regresar a casa, tendrán que pasar las fiestas navideñas juntos. 

Paul Giamatti da vida al incómodo profesor Paul Hunman.

The Holdovers o “Los que se quedan”, es una película estadounidense que a simple vista pareciera otra historia más sobre un grupo de personas solitarias y diferentes obligadas a congeniar en la celebración más familiar del año, pero afortunadamente, ésta no es una más del montón; sino que el guion, escrito por David Hemingson, toma el escenario y los arquetipos preestablecidos y juega con ellos, dándoles una profundidad con la que se empatiza cada vez más escena a escena. Al principio de la película se nos presentan personajes incómodos, indiferentes y ensimismados que poco a poco, a medida que los conocemos y se conocen entre ellos, se vuelven más identificables y por lo tanto comprensibles. Y es que esta idea de la empatización con el otro es el tema sobre el que gira la película del director Alexander Payne, conocido por abordar problemáticas sociales y políticas desde la comedia, el humor negro, la sátira y el cínismo. En The Holdovers nada de eso queda fuera.

El filme está situado en un prestigioso internado de Nueva Inglaterra de los años 70s, un profesor especializado en civilizaciones antiguas tendrá que quedarse a supervisar a los alumnos que tienen que pasar, por razones diversas, las fiestas en la escuela. Uno de estos jóvenes es Angus Tully, un joven problemático – una clase de Holden Caulfield – que no puede volver a casa estas vacaciones ya que su madre ha agendado aquellos días para tener la luna de miel con su nuevo padrastro. Acompañándolos, está Mary Lamb, la cocinera en jefe de la escuela, quien acaba de perder a su hijo gracias a la guerra de Vietnam. Luego de un par de días, y ya habiéndonos familiarizado con el enfoque clásico que parece tener la película, el padre de uno de estos niños aterriza su helicóptero en el campus y ofrece llevarse al resto a esquiar, pero la madre de Angus nunca contesta el teléfono, por lo que el único en la escuela será él, junto al incómodo profesor Paul Hunham y Mary Lamb (interpretada por la grandiosa Da’Vine Joy Randolph). Este giro, increíblemente efectuado por el guionista, ayuda a reforzar el sentimiento de abandono con el que los personajes luchan a lo largo de la película. 

Alexander Payne invita al espectador a un viaje de aceptación a través de estos tres personajes, personajes con un futuro en ruinas y con un presente dentro de un limbo, limbo representado por el edificio en el cual están atrapados, una vieja escuela de los 1800s. El primero de ellos, el profesor Paul Hunham, tiene estrabismo y una condición de trimetilaminuria que le provoca un fuerte olor a pescado- Ha pasado los últimos 30 años de su vida dando clases en el colegio, ajeno al mundo fuera del campus y con el sueño frustrado de escribir una monografía, no un libro, una monografía, pues no es capaz siquiera de soñar un sueño completo, como bien tiene a decirle Mary con el confrontamiento tan directo que utiliza el cínico director durante toda la película. El otro, el estudiante Angus Tully, es un joven rebelde e inteligente que se siente fuera del mundo adolescente, recientemente ha perdido a su padre y se niega a seguir avanzando con la vida, vive con el pesar de que su madre ya lo está haciendo. Mary Lamb, por último, pero sin duda de la que más podría hablar, es la jefa de cocineras dentro del instituto, llegó al colegio para poder aprovechar la beca de empleada y meter a su hijo Curtis a la prestigiosa escuela. Ahora, Mary vive el duelo de haber perdido recientemente a su hijo, pues falleció en la guerra luego de enrolarse para buscar una mejor educación universitaria gracias a las becas que ofrece la milicia. Ella prefiere quedarse dentro de la escuela, pues siente que su hijo se encuentra allí, por lo que rechaza la invitación de su hermana embarazada para pasar las vacaciones en su casa. 

Da’Vine Joy Randolph fue nominada a Oscar a Mejor Actriz de reparto por su grandioso papel como Mary Lamb.

Así, esta peculiar familia que hacen Mary, el profesor Hunham y Angus, logra que nosotros como espectadores vayamos conociéndolos a medida que los personajes se toman la molestia de conocerse entre ellos. ¿Y qué es lo que tienen en común estos tres sujetos? Pues aquello que tenemos todos en común: nuestro dolor. Y es en este punto de encuentro universal en el que nuestros protagonistas logran una conexión que trasciende la pantalla y, como hace una buena película, nos identifica a nosotros en ellos. 

Paul Giamatti, Da’Vine Joy Randolph y Dominic Sessa forman una peculiar familia en Los que se quedan.

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