NARRACIONES CON ORGULLO

 – Por Mauricio Orozco

La llegada del mes de junio es un recordatorio y una invitación a conmemorar la constante lucha por la equidad y la aceptación. Es un mes que nos motiva a reflexionar sobre la importancia de la libertad y la igualdad para todas, todos y todes. 

A pesar de que la comunidad LGBTTTIQA+ ha estado presente desde los inicios de las sociedades, se ha gestado el constructo social que les ha catalogado como “algo erróneo” por ser diferentes. Esto ha generado un imperante desvanecimiento que les ha oculto tras un esquema que además les discrimina y sigue subyugándoles en una sociedad llena de misoginia y machismos que dejan entrever el sistema patriarcal que prefiere disolver la diversidad que aprovecharla.

El cine ha sido una herramienta clave para visibilizar las problemáticas y las ataduras con las que se les ha condenado a vivir, y aunque también ha sido una industria cultural que ha usado una representación que fomenta estereotipos dañinos y que propulsan indirectamente ese desapego a la diversidad, es un espacio que nos permite evolucionar y repensarle para que no solamente tengamos historias que incluyan la presencia de personajes con orientaciones sexuales, identidades y/o expresiones de género diversas, sino que sean un entorno seguro que amplifique y enaltezca las historias de cada variación que existe en la comunidad, tratando así de otorgar un abanico amplio de perspectivas y evitando la presencia hegemónica de solamente unos cuantos. 

Con los años, estos cambios se han ido manifestando con más fuerza, otorgando visibilidad para informar y re-educarnos pero también buscando proponer un establecimiento político que transgrede los estándares en los que dicotómicamente la sociedad ha decidido plantearse para hablar de sexualidad, género e identidad. 

Es imperante que esto no se trate solo de reconocimiento, sino de una dignificación de todas las personas, sin importar su contexto, sus motivos, sus gustos y su forma de pensar o actuar con respecto a lo sexual.

En Árbol Rojo la diversidad es uno de los pilares que sostiene y nutre nuestras acciones, buscando ser una plataforma que dé voz a aquellas historias que necesitan ser vistas y escuchadas. Fue así que buscamos que la programación reflejara este orgullo por las narraciones que exaltan y celebran la diversidad, incluyendo seis largometrajes que aportan una oportunidad para visibilizar y comprender al otro.

Cuando entramos a una pantalla de cine esperamos encontrarnos con realidades familiares, pero también son invitaciones a adentrarse en realidades ajenas que plantean una oportunidad para repensar nuestro concepto de diversidad, y es así como podemos situarnos en escenarios tan honestos y con una gran prudencia, no solo para mostrar historias diversas, sino para cuestionar y tratar de comprender lo que nos mueve en lo individual y en lo colectivo. Tal y como lo podemos encontrar en la más reciente producción de Xavier Dolan. Matthias & Maxime es un filme que explora los temores y los dilemas sociales que se esconden entre el deseo y los prejuicios en una relación de amistad en donde el cariño existe, pero mostrándonos las limitantes a las que se cierne. 

 El cine es uno de los medios culturales con los que tratamos de comprender nuestro mundo desde que somos pequeños, y es así como también podemos generar ideas romantizadas de la realidad. Sin embargo el cine también funciona para expiar los temores y mostrar una revisión más cruda y cercana a lo que desgraciadamente sucede. Tal es el caso de Nevrland, una cinta de Gregor Schmidinger que explora con mucho dinamismo los temores y el desconocimiento que rodean el mundo de Jakob, un chico de 17 años que comienza su exploración afectiva y sexual.

Así mismo podemos encontrarnos con historias que se desarrollan en un punto que evidencian y cuestiona el concepto de igualdad desde la representación social y los estigmas que develan dilemas morales sobre la paternidad y la maternidad en parejas del mismo sexo como lo vemos en la cinta The Surrogate del cineasta Jeremy Hersh, en donde con un planteamiento provocador nos da un panorama amplio sobre la aceptación y el amor.  

Justo ese amor es el que nos motiva para encontrar la manera de eclipsas el dolor que rodea a la diversidad, a manera de estandarte, un acto de celebración por la comprensión, como lo narra la cineasta Heidi Ewing en Te Llevo Conmigo, por medio de una vitrina de prejuicios que permean en la libertad por decidir a quién amar, pero que al final nos muestra como esas pequeñas batallas ganadas dejan florecer los ánimos para seguir luchando por un mejor futuro.

El cine no solamente se basa en la realidad, sino que es realidad propiamente. Esas historias que se clasifican como ficción son apenas una manera de adueñarse de la pantalla sin llevar tal espectador ante toda la crudeza de un solo golpe. Y es por eso que también debemos voltear al cine documental, que abre camino y que da espacio para que todas las personas tengan voz. Tal y como lo hace Timothy Wolfer en The Right Girls, en donde se acerca con intimidad y respeto a la travesía que emprende un grupo de chicas transgénero con la caravana migrante, escapando de la violenta realidad en la que están inmersas en sus países de origen, con el sueño de tener otras oportunidades en Estados Unidos.  

Nuestra programación no solo plantea historias que pueden llegar a generar reflexión, sino que buscan ser islas en donde cada persona se puede sentir con plena libertad de identificarse, entenderse y expresarse, celebrando ese orgullo por medio de planteamientos que expanden los cuestionamientos a una visión más amplia y actual. Tal y como lo vemos en Jumbo, el largometraje más reciente de Zoé Wittock, en donde por medio de una metáfora, disfrazada de una extravagante parafilia, se abre un deseoso universo en donde el amor se vive con libertad y en donde la sexualidad se promete sin ataduras ni juicios, sino por el puro placer de amar. 

Junio es un mes que nos debe enorgullecer y que debemos celebrar, porque sin la diversidad en todas sus formas y presentaciones no tendríamos la manera de poder sorprendernos de la vida misma, de esa vida que soñamos y que vemos en el cine como una invitación para volverla posible. 




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