La peor persona del mundo:

La identidad de la nueva generación

 – Por Árbol Rojo.

The Worst Person in The World (2021), la más reciente producción de Joachim Trier, nos narra la vida cotidiana de una joven llamada Julie (Renate Reinsve) y cómo ella toma decisiones que repercuten en su futuro tanto positivamente como de manera negativa.

Julie es joven, estudia en la universidad pero al igual que miles de personas en el mundo sientequelasdecisionesquetomaacadapasosonunaequivocación. Primero con su carrera y las razones para escogerla posteriormente vemos esto trasladado a sus relaciones de pareja y familiares.

La protagonista pasa de estudiar medicina a psicología para finalmente llegar a la fotografía. Mientras su madre, Eva la ve brincar de un lugar hacía otro sin sentido, sin brújula. Para la joven su vida inestable se transcribe en su mundo romántico, pasando de pareja cada vez que salta hacía una nueva carrera, hasta que encuentra en un bar a Aksel (Anders Danielsen Lie). Un hombre diez años mayor que es un famoso novelista gráfico. Algo misógino, un poco sobrevalorado y expectante ante ella.

Julie sirve a la vez hacia el espectador como una herramienta de reflexión respecto a la forma en la que nosotros, como personas, tomamos nuestras decisiones. Nos adentramos en lo que deberíamos hacer y las decisiones que deberíamos de tomar a cierta edad, en la forma en la que se supone debemos desarrollarnos para así crecer.

Mientras Aksel tiene sueños, como ser padre y empezar una familia, Julie no comprende estas palabras de un futuro que desea aplazar con todas sus fuerzas, siente que no puede ahogarse en el mar en el que se metió con Aksel pero al mismo tiempo estar con él es subir al bote y alejarse de la orilla para siempre. Redefiniendo el concepto que tiene de ella misma y perdiendo su identidad poco a poco en su relación, para finalmente sentirse como un personaje más en su propia vida.

Durante su relación desgastada con Aksel, Julie conoce a Eivind (Herbert Nordrum) en una boda en la que se cuela. En una noche se enamoran y no dejan que sus respectivas parejas les impidan pasar un rato tan íntimo como si ellos dos estuvieran juntos. La relación se vuelve embriagante al punto de no querer decir adiós. Tanto Julie como Eivind tenían ese espíritu errante, sin mapa, con posibilidades de ir a donde las circunstancias les llevaran. Incluso si era hacía alguien que apenas acababan de conocer.

Ella puede percibir que ya no sabe hacía dónde se dirige, qué la hace feliz o qué es lo que se supone que necesita. Lo único que tiene en cuenta es esa necesidad de euforia que le dio Eivind aquella noche. Julie deja a Aksel por su libertad e independencia que cree necesitar desesperadamente sin darse cuenta que cambiar su entorno no es corregir su situación interna con ella misma. Rápidamente corre hacía Eivind que la espera anonadado, dejando a su novia de lado por Julie.

Mientras ambos recorren el nuevo camino de una relación naciente, apasionada y llena de ilusiones se empiezan a dar cuenta de que ese arcoíris que habían trazado no es real y solo es una fantasía creada para llenar el vacío. Por un lado Julie busca comerse el mundo en la escritura y fotografía mientras Eivind pareciera a gusto con un trabajo sencillo en una cafetería. Situación tras situación llevan al quiebre de esa creación para enfrentarse a la realidad, Julie perdió su identidad en el trayecto de su juventud.

Tiempo después de dejar a Aksel, ella recibe la noticia por un amigo en común de que él se encuentra internado en el hospital. Ambos se dan cuenta a través de un viaje muy personal, que lo suyo era único. Comienzan a adentrarse en la sinceridad que debieron haber tenido siendo pareja, reflexionando en sus decisiones en cada paso de su relación. Aun cuando ya todo está perdido, Aksel y Julie sienten la conexión más intensa y potente que jamás vivieron, trasladándose más allá del tiempo y del espacio.

La peor persona del mundo es una película visceral que genera una reflexión interna en lo que respecta a hacer correctas las cosas y la expectativa de ser la mejor versión de uno mismo. El film fue nominado a mejor largometraje internacional y mejor guión original en los Premios Oscar de este año. Nos adentra en cómo vemos la vida cotidiana de una persona y cómo cada acción conlleva una reacción negativa o no. A veces uno simplemente debe estar perdido para finalmente encontrarse a sí mismo. Esta es la propuesta de Joachim Trier (Thelma, 2017), intentando mostrar los altibajos de la vida actual y la travesía para encontrar la estabilidad interna que todos buscamos.

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