ONLY THE WINDS: 

Un mosaico narrativo de la sociedad.

 

 –Por Mauricio Orozco 
@eralvy

 

Las narrativas cinematográficas contemporáneas han encontrado gran espacio de interacción con la realidad a partir de una clara popularización actual de la Meta narrativa (El cine que habla del cine), y es que esa búsqueda de rompimiento de las fronteras entre el documental y la ficción no es nada nuevo, pero evidentemente las y los creadores han encontrado un método para interactuar empíricamente con la verdad, sin necesariamente plantear una realidad completamente “real”.

Esta tendencia no solamente ha permitido que las y los cineastas desarrollen narrativas que rompen los límites entre lo real y lo ficticio, sino que ayuda a que el espectador genere una interacción en donde se le puede ver reflejado, pero que en todo momento se le está haciendo un amable recordatorio para que no olvide que se trata de un vehículo ficticio que solamente está abriendo una ventana para asomarnos a una realidad, que desgraciadamente es más cruda y menos poética que la cinematográfica.  

“Only the Winds” es el primer largometraje del director Karim Kassem, originario del Líbano, pero que ha residido desde hace una década en los Estados Unidos, y que trabaja entre ambas ciudades, utilizando su experiencia personal y su visión tanto de local como de foráneo para alimentar las narrativas de sus trabajos en cortometraje, y en sus más recientes producciones en largometraje. Y es que aunque pareciera que la película es un documental en donde su posición como director sobre pasa la ficción, según vamos avanzando en la historia, nos vamos dando cuenta que eso que aparenta ser un documental, es una mezcla que utiliza la realidad como base para crear un mosaico narrativo en donde deja clara su revisión de la sociedad contemporánea en Beirut, en donde su cámara funciona como guía, pero también como catalizador para darle voz a la decena de voces que habitan frente a su lente. 

Este relato toma además una fuerza poética muy potente cuando el director se presenta como el personaje principal de esta historia, en donde nos asegura desde el inicio su deseo por rodar su nueva película, pero en donde también introduce una enfermedad visual que sufre y por la que debe tener una cirugía en ambos ojos, obligándole a estar parchado sin posibilidad de usar su vista en el proceso de grabación. Dando su confianza absoluta a la mirada de la cámara y a la gente que lo ayuda y acompaña en la búsqueda de esta historía que en momentos llega a una exploración filosófica y casi metafísica que se desprende de las relaciones interpersonales. Con este acto que obliga al director a obviar el uso de su mirada, se desarrolla una bellísima propuesta que lo lleva a contemplar desde la escucha a su alrededor, encontrando canales de interacción con aquellos que justamente son los menos escuchados, las voces que no cuentan con un apoyo y que por lo mismo viven marginados ante las sombras.   

Este ejercicio audiovisual es una de las más grandes apuestas que he tenido el gusto de ver en los últimos años, en donde el director casi utiliza el audiovisual como medio de registro y su persona como un objeto performátivo con el cual se introduce a un sin fin de preguntas que cuestionan el estado socio cultural de su ciudad de origen, y de la realidad global; abriendo canales para que su búsqueda sea el pretexto para experimentar la recepción de los sentidos de manera empírica, pero sin encontrar todas las respuestas a esas preguntas, pero sí dejando un planteamiento claro y potente sobre la mesa. 

 

“Only the wind” se presentó en la más reciente edición del Festival International de Cine de Rotterdam, y es parte de la selección “Nuevo horizonte” en la quinta edición del Festival de Cine Contemporáneo Black Canvas.

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